El Teatro Azteca, uno de los muchos teatros embrujados que salpican el distrito histórico de San Antonio, Texas.

El Embrujado Teatro Azteca

El teatro Azteca junto con Majestic y The Empire, forman la totalidad del distrito teatral de San Antonio. El histórico Teatro Azteca fue construido en los extravagantes años veinte (precisamente en 1926) y tenía la asombrosa capacidad de albergar a 1,500 personas; los que resalta su magnificencia al estilo Gatsby.

Al igual que la mayoría de los teatros de la vieja escuela que operan hoy en los Estados Unidos, durante gran parte del 2009, el Azteca brindó su espacio para show en vivo de todo tipo. El escenario del teatro fue honrado por los dioses del blues, con actuaciones de Buddy Guy, George Thorogood o Kenny Wayne Sheppard. Puedes llegar a ver todo tipo show y presentaciones en el Azteca, desde cantantes de pop hasta rap, e incluso algunos comediantes.

A lo largo de los años, se creó el rumor de que el escenario del Teatro Azteca también "honrado" por fantasmas y acechado por los operadores del proyector , los cuales mataron trabajando tan fuerte que sus experiencias y estragos eran material para hacer un blues de leyenda.

La Historia del Teatro Azteca

A photo of the Aztec Theatre in San Antonio, Texas
El teatro azteca en San Antonio

El Teatro Azteca tuvo un diseño a la altura de los locos años veinte, de la mano de los arquitectos Robert Kelly y R. O. Koenig. El teatro fue construido dentro de un edificio de seis pisos, con un candelabro tres toneladas como la pieza más extravagante. La gran inauguración del Teatro Azteca fue el 4 de junio de 1926. Un año más tarde, el teatro presentó su primera película con sonido, la icónica Don Juan, protagonizada por John Barrymore.

Mientras que el éxito del Aztecas continuaba creciendo durante los años veinte, la Gran Depresión trajo con sigo tiempos difíciles. La tensión entre los propietarios de salas de cine y los operadores de los proyectores se estaba gestando. Los operadores formaron un sindicato durante los años veinte, para luchar contra las prácticas desleales de los administradores, sumado a los crecientes problemas económicos de los años treinta y las condiciones de trabajo más hostiles; la violencia que estaba por venir era inevitable.

El Bombardeo al Teatro Azteca

El 4 de mayo de 1932, el Teatro Azteca fue victima de una explosion, resultando seis personas con quemaduras, 2 de ella gravemente heridas. Las lesiones fueron causadas por una bomba de azufre (bomba fétida), la cual explotó en el nivel inferior del teatro. Los bomberos que vigilaban el edificio, respondieron rápidamente, y pudieron desalojar a los espectadores sin problema.

Warren Dunn (de diecinueve años) y C. R. Green (de veinticinco años) sufrieron quemaduras de primer grado en sus manos y rostros, cuando el dúo intentó apagar el fuego causado por la bomba. El Sr. y la Sra. Ivar Hyvari se encontraban sentados en el momento que estalló la bomba, lo que provocó quemaduras en sus piernas. S.J. Rosenfield y la señorita Billie Henderson, también fueron quemadas en sus manos y pies.

Rosenfield habló con la policía, diciéndoles que vio a un joven arrojar un objeto en el suelo para luego patearlo en la entrada del teatro, justo antes de que explotara la bomba. Rosenfield dijo que intentó capturar al joven, pero no pudo retenerlo una vez que la bomba explotó, y el azufre empezó a esparcirse. Rosenfield explicó que el azufre le había salpicado y que el joven pudo escapar durante la confusión.

La explosión marcaria la cuarto bomba fétida dirigía a un teatro de San Antonio. Antes del bombardeo contra el Azteca el 4 de mayo, treinta operadores (proyeccionistas) declararon una huelga exigiendo que los teatros contratasen más mano de obra. Los establecimientos prefirieron despedir a los treinta trabajadores el 18 de abril, y contrataron a personas no sindicalizadas y menos capacitadas que vivían a las afueras de la ciudad (algo así como Teach for America).

Nadie fue arrestado por los atentados a los teatro de San Antonio. Aunque se especuló que las bombas de azufre "bombas fétidas" fueron una elaborada táctica de los operadores que obviamente estaban descontentos.

Cines durante la Gran Depresión

San Antonio no fue la única ciudad que estaba lidiando con este fenómeno creado por los males de la Gran Depresión. Los operadores sindicalistas de la época estaban luchando contra la administración, pero las huelgas tradicionales no servían de nada, ya que los gerentes eran rápidos y exitosos para obtener órdenes judiciales contra los trabajadores.

Algunos trabajadores que ya estaban desesperados, empezaron a usar amenazas. En algunas ocasiones, circulaban panfletos por toda la ciudad, advirtiendo a los espectadores que sí asisten a su teatro locales, lo hacen bajo su propio riesgo. Las amenazas se intensificaron en algunas ciudades, llegando a cometer actos violentos; como en el caso de Columbus, Ohio, en 1931 un hombre armado que afirmaba representar al sindicato local de proyeccionistas, secuestró a un hombre dueño de una cadena de teatros en el área, en un intento de "persuadirlo" para que resolviera las disputas laborales existentes.

La táctica más utilizada por los operadores supuestamente fue el uso de bombas fétidas. La mayoría de los bombardeos se llevaron a cabo sin el conocimiento del sindicato, generalmente solo un par de renegados, que estaban desesperados por resolver la situación. Estos ataques ocurrieron en todo el país en Nueva York, Iowa, Missouri, Oklahoma, Ohio y Minnesota.

Durante la década de 1930, la mayoría de los operadores luchaban constantemente para mantener su salario estable, aunque muchos se vieron obligados a aceptar recortes salariales, para no ser despedidos. Además, las instrucciones de seguridad sugería que se necesitaban dos operadores para manejar los nuevos y complejos proyectores que empleaban imágenes con sonido. Pero lo preocupante era que se demostró, que la nueva tecnología era demasiado peligrosa era manejada por una sola persona, llegando al punto que varias publicaciones lo catalogan como una condición "inhumana". El Congreso hizo el esfuerzo de aprobar alguna legislación que forzase a los administradores de los teatros a contratar a dos operadores, sin embargo el intento fracasó, debido a que atentaba contra los intereses de los ricos y privilegiados.

La administración y los propietarios de la mayoría de los teatros del país no estaban convencidos de la situación tan difícil que los operadores tenían que soportar (estos son los abuelos de aquellos que no creen en el calentamiento global). Estos Henry F. Potters del mundo se mantuvieron de pie y firmes a sus creencias, lo cual era una hazaña increíble teniendo en cuenta que no tenían piernas sobre las que apoyarse (si, es una broma)

Ambos lados del conflicto se volvieron tan polémicos que la violencia estaba escrita en las paredes. Los hombres buenos se volvieron amargos y aquellos llenos de ira se volvieron locos; Su locura fue tan grande, que se convirtieron en extremistas. Y, esto preparó el escenario (eso fue una broma) para la era más violenta en la historia del cine.

Los Bombasticos Años Treinta

En enero de 1932, dos Bombas Fétidas fueron detonada en dos salas de cine diferentes en Milwaukee, el siniestro se repitió solo unos meses después. En 1933, Memphis enfrentó sus propios atentados con Bombas Fétidas. Los tres teatros más populares de la ciudad, The Princess, The Memphis y Linden Circle Theatres fueron bombardeados. Además, los tres teatros eran propiedad de M.A. Lightman, el mismo hombre que había despedido a los operadores sindicalizados justo antes de que ocurrieran los bombardeos

Estos terribles actos no se limitaron a su propio estado, en 1931, Dallas también fue víctima de cinco Bombas Fétidas en el lapso de solo una semana. Pero, Los Ángeles, Hollywoodland, posee el infame récord, la oficina del Fiscal de Distrito de Los Ángeles informó que a lo largo de 6 semanas, hubo más de cincuenta bombardeos en las salas de cine ubicadas solo dentro de la ciudad

A pesar de lo ruín que parezca el usar sulfuro como el principal elemento de tu bomba, había una razón para la selección de dicho material, y era hacer el mayor daño posible a la propiedad y por consecuencia a la gerencia. Después de un ataque, los clientes se amontonaban exigiendo reembolsos, y los teatros casi siempre se veían obligados a cerrar durante semanas, o incluso meses, lo que les costaba a los propietarios de los teatros una enorme cantidad de dinero. Son tan eficientes que una sola puede causar que el teatro pierda 4,000 dólares (aproximadamente a 70,000 dólares en la actualidad). Es fácil entender cuál era el objetivo de estas Bombas Fétidas, y la brutal eficiencia con la que lograban su cometido.

El aspecto que lo hacía tan eficiente era el olor que emitían las bombas, era tan fuerte que los pisos tenían que ser arrancados, las cortinas y obras de arte destruidas, bien sea por las llamas de la explosión o por duradero aroma que se impregnaba. En algunos casos, años después de la explosión, el hedor se mantenía vigente, emanando de las paredes como un huevo de Pascua que nunca se encontró.

Los Bombardeos en San Antonio

Estas Bombas Fétidas hicieron más que solo apestar los teatros, también causaron daños a las propiedades. Sin embargo, las ventanas rotas y los radiadores rotos son cosas triviales en comparación a las vidas de las personas que fueron puestas en peligro por estos vengativos ataques.

En San Antonio, si bien los dueños de los cines fueron golpeados en la billetera con las Bombas Fétidas, los espectadores sufrieron un golpe más directo. En 1930, el Teatro Uptown de San Antonio fue bombardeado una mañana mientras estaba cerrado; el lobby fue destruido, pero ninguna persona fue herida. Sin embargo, un año después, el Uptown fue bombardeado nuevamente, un Sábado ocupado por la noche y esta vez fue durante en medio de una película. En medio de la explosión, una ventana se rompió hiriendo gravemente a una mujer en medio de la audiencia.

En meses posteriores, hubo más bombardeos en San Antonio, los cuales ocurrieron en las horas pico de los teatros. Estos actos no ayudaban a la causa de los proyeccionistas en los ojos del público, debido cantidad de personas heridas que probocaban los bombardeos. En otro teatro, un hombre sin previo aviso arrojó una bomba de hedor desde el balcón, quemando gravemente a tres personas, incluida una joven adolescente; a su vez provocando que otra persona en la audiencia se desmaye por el poderoso olor de la bomba.

Como mencioné anteriormente en mayo de 1932, el Teatro Azteca fue bombardeado, resultando en seis espectadores con graves quemaduras, dos de los cuales fueron trasladados de emergencia al hospital en estado crítico. Al principio había mucha duda sobre quién podría haber causado tan violento ataque, ¿posiblemente un joven con serios problemas? Pero pronto las sospechas se dirigieron a los operadores de los proyectores, quienes habían sido despedidos el mes anterior después de la huelga.

Al final estos ataques no lograron nada, trabajadores no sindicalizados fueron contrataron y solo pusieron en peligro la vida de las personas. Sin embargo, este es el tipo de crímenes que suceden cuando los Scrooges del mundo actúan sin regulación, explotan a los Bob Cratchit de la sociedad con tanta fuerza, que sus mentes se deforman, lo que los lleva a cometer actos tan terriblemente equivocados.

Años Después

Como la mayoría de los antiguos cines en el país, el Teatro Azteca chocó se pegó contra un muro en los años 70, mostrando películas clase B de bajo presupuesto. En un último intento para salvar al Azteca, dividieron el lugar en tres auditorios, acuñando el titulo de “el triplex azteca”. Pero, no logró su objetivo de revivir el Teatro Azteca. El teatro terminó cerrando sus puertas en 1989.

En 1992, el Azteca estaba en soporte vital y a punto de ser demolido para construir un estacionamiento. Para evitar que el teatro sea aplastado como una lata de refresco, el Azteca fue incluyó en el Registro Nacional de Lugares Históricos.

Años después, con la creciente popularidad del Riverwalk de San Antonio, el Teatro Azteca reabrió sus puertas en agosto de 2009, no para proyectar películas. Esta vez, el teatro se convirtió en un lugar para la música en vivo.

Algunos años despues (en el 2013), PHH Entertainment Ventures LLC, sabiendo lo valioso que era el lugar, firmó un contrato de arrendamiento a largo plazo, con el objetivo de convertir a el Azteca en el lugar perfecto para las fanáticos de los concierto. Sin embargo su objetivo no fue muy lejos, durante el 2015 más del 50% de las acciones del Aztecas se vendió a la Live Nation International company (la gente detrás de House of Blues) con sede en Beverly Hill. Por suerte para el Azteca, no se convertirá en otra House of Blues, y podrá mantener su nombre histórico.

"Este es una buen unión", dijo Sam Panchevre, Director Ejecutivo del Grupo de la Familia Azteca (propietario del edificio que alberga el Teatro Azteca). Panchevre, elaboró el nuevo acuerdo "Live Nation aporta la equidad y la experiencia para continuar haciendo crecer el Teatro Azteca en un lugar de música en vivo y eventos especiales para toda la nación". Agregó: "Este acuerdo con Live Nation mejorará la experiencia de los fanáticos de los conciertos que asisten al Teatro Azteca, mientras posiciona a San Antonio como competidor en el mercado de la música".

Ben Weeden, el Director de Operaciones de House of Blues, comentó sobre la compra del Teatro Azteca, afirmando que "fue el siguiente paso para nosotros en Texas". También, habló con entusiasmo sobre San Antonio, diciendo que es un "mercado vibrante para la música con una enorme población que creemos que está escasea a nivel de clubs y teatros".

No importa quién sea el propietario del Teatro Azteca, o si opera como una sala de cine o un lugar para actuaciones en vivo, este teatro ha demostrado que es un superviviente y seguirá siendo una fuente de entretenimiento para la gente de San Antonio.

Los Fantasmas del Teatro Azteca

A photo of the interior of the Aztec Theatre in San Antonio, Texas
¿Quiénes son los fantasmas que rondan este antiguo teatro?

A lo largo de su historia, el teatro ha cambiado de dueño muchas veces, algunos aseguran que el teatro está maldito, y que los fantasmas vuelven loco a cada propietario, obligándolos a vender el Azteca, mientras todavía les queda algo de cordura. ¿Está maldicion o embrujo sera obra del fantasmas de los operadores de los proyectores? Incapaces de obtener en vida la justicia que merecían, ¿ahora sus almas merodean el Azteca, decididos a volver loco a cualquiera que se adueñe del teatro? Esta sería la venganza definitiva.

Uno de los espíritus que han sido vistos en el Teatro Azteca, es un operador fantasma en la cabina de proyección. En el pasado, el espíritu de la cabina le hacía bromas a quien operaba el proyector. Tal vez, asustando al chico nuevo, o tal vez el espíritu está tratando de asustar a los operadores que no se sindicalizan.

Desde las recientes renovaciones en el Azteca, los avistamientos han disminuido. ¿Se ha levantado la maldición ya que el teatro ya no es una sala de cine? Con suerte, los espíritus están en paz y disfrutando de las presentaciones en vivo que ahora se llevan a cabo en el Azteca.

Vistando el Teatro Azteca

Puedes encontrar el Teatro Azteca en el corazón del centro de San Antonio. Está ubicado justo al lado de West Commerce Street en 104 North Saint Mary's Street. El Azteca es considerado el mejor lugar para los conciertos de San Antonio, y es el lugar perfecto para encontrar a tu banda o comediante favorito cuando lleguen a la ciudad.

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