Hace tiempo, leí en un archivo originario de la Inglaterra del siglo XIX, que decia "el único hombre bueno es un hombre ahorcado".
A pesar de lo horrible que suena, sospecho de que hasta el siglo XX, la mayoría de las personas compartían esa opinión.
Durante siglos, los ahorcamientos fueron considerados un espectáculo público. Una forma de entretenimiento para las masas, ¿que puede haber de divertido en ver cómo se rompían los cuellos y los cuerpos sucumbian a la fuerza de la gravedad? Pero a su vez, era una forma de control por parte del gobierno. En muchas ciudades, como Nueva Orleans, estas ejecuciones públicas se llevaban a cabo los domingos justo después de misa. Los feligreses bajaban los escalones de la Catedral de San Luis, pasando por los desdichados delincuentes encerrados y entraban en la Plaza de Armas para tomar sus asientos alrededor de la horca.
Los criminales subian pequeños escalones de madera. Algunas veces se les ponía una tela negra en la cabeza. Después de ser ubicados apropiadamente, el verdugo colocaba la soga alrededor del cuello del criminal para sellar su destino. Los aplausos y las burlas se alzaban entre la multitud, mientras el próximo criminal se le preparaba para el mismos destino. Subir las escaleras. Soga al cuello, trenzada y apretada. Sucedido de una caída hacia la oscuridad permanente.
No era una muerte elegante y en algunos casos, el ahorcamiento iban un poco mal. . . ¿Pero en su mayoría? La horca era la opción preferida del gobierno. Si hacías algo malo, terminarás con una soga alrededor del cuello y tus pies pateando nada más que aire.
La mayoría de las veces, parecía funcionar bien. Casi siempre.
Los ahorcamientos eran más relevantes en las sociedades de finales del siglo XX, pero quizás en ninguna otro ciudad predominaba tanto como en San Antonio, Texas.
Y así amigos míos, es como se crean las leyendas.
Debo empezar con una aclaración: no soy de San Antonio. Hasta hace dos meses, nunca había visitado la ciudad de Álamo o sus salones del salvaje oeste. Pero hay una segundo aclaración: Yo soy un historiador.
Lo que significa que cuando investigué el Palacio del Gobernador Español de San Antonio, encontré testimonio tras testimonio que afirmaba que el antiguo presidio del capitán (granja / fortificación militar) alguna vez hubo un “Árbol de los Ahorcado " en el patio. Se ganado el apodo de "El árbol de los Lamentos", gracias al hecho de que no menos de treinta y cinco almas fueron ahorcadas en ese mismo árbol durante los siglos XVII y XVIII.
Fuentes afirmaron que si uno miraba cuidadosamente las ramas del árbol, se puede apreciar las marcas y cortes de las cuerdas que se usaron. Hoy en día, casi todos los supuestos fantasmas en el Palacio del Gobernador español están relacionados de una forma u otra con el patio. La historia famosa es la de una niña que cayó en el pozo del patio, y de otra pequeña que fue encargada por la familia del capitán a vigilar los bienes del palacio; esa noche unos ladrones entraron, y con sus codiciosas manos robaron todo el oro y la plata que encontraron. Al tropezarse con la pequeña criada temieron que los atraparan, así que arrastraron su cuerpo al pozo y la arrojaron.
Se dice que los espíritus de estas dos chicas todavía deambulan el patio del fuerte, a veces sentadas en el pozo o recreando los últimos momentos de su vida.
¿Y qué hay de los fantasmas de los criminales ahorcados? Se dice que hacen lo mismo, ya que sus crímenes fueran tan grande y tan horribles, sus almas están destinadas a repetir la escena de su muerte una y otra vez por toda la eternidad. Treinta y cinco almas fueron ahorcadas; treinta y cinco almas posiblemente rondando el Palacio del Gobernador español. Es malignamente poético, de verdad.
La investigación me llevó de relato en relato, y descubrí que estas historias se repetían una y otra vez: algunas eran más elaboradas, algunas de las personas que contaban la historia era un poco más imaginativo, mientras que otras estaban escritas científicamente como que se tratase de un informe de laboratorio.
El problema es que, en ningún momento me topé con un historiador, u otra fuente académica, hablando de este "Árbol de los Lamentos" en el Palacio del Gobernador Español de San Antonio. Los únicos grupos que repitieron la historia de treinta y cinco delincuentes que fueron ahorcados en ese árbol provenían de compañías de tours de fantasmas
Y a pesar de que varias campanas sonaban de alerta, las puse a un lado. Después de todo, yo mismo había sido guía turístico en Nueva Orleans luego de graduarme en historia. Hice mi propia investigación, incluso había escrito algunos guiones de gira para Ghost City Tours y su compañía hermana Discover Historic America. El cual sonaba creíble, así me dije a mi mismo.
Así que, me crei la historia del "Árbol de los Ahorcados".
El Palacio del Gobernador español estaba en mi lista de lugares que absolutamente debía visitar mientras estaba en San Antonio con mis compañeros de trabajo. Logre llegar la mañana siguiente con mis compañero de trabajo y residentes de Vudú Priest, Michael Bill, a pie. Ambos estábamos intrigados por la idea de un “Árbol de los Ahorcados” que aún seguía en pie desde el siglo XVIII.
Además, el Palacio del Gobernador español es un tesoro histórico redescubierto. Construido en el año 1740, sigue siendo una fortificación militar o un hogar para el Capitán español hasta el año 1860, el cual atravesó un período difícil los siguientes sesenta años. Fue una barbería, una casa de empeño, un salón, un puesto de comida y una gran cantidad de otros negocios.
En el año 1920, la casa más antigua de estilo colonial español en San Antonio, de principios del siglo XVIII, se enfrentó a su inevitable demolición. Corrido y derrotado, siendo su único rasgo rescatable de la vieja fortaleza era el escudo de armas sobre la puerta principal. Fue la pionera conservacionista Adina De Zavala quien un día se detuvo en la entrada y reconoció las palabras “año 1749 se acabó”, y se dio cuenta de la gema que había descubierto.
El año 1930 vio al presidio acuñar su nuevo nombre gracias a Zavala, y a pesar de que el edificio nunca había sido el hogar de un gobernador, lo cual me hace cuestionarme, algunas de las historias de los otros edificios.
Incluida la historia del “Árbol de los Ahorcados”
Michael Bill y yo entregamos al edificio, pagamos a la recepcionista agradecidos por estar fuera del calor infernal. Gracias a adobe workmanship y los pisos de baldosas (y uno o dos ventiladores colocados por todo el ahora museo), el llamado palacio se mantuvo fresco. Nos abrimos paso de una habitación a otra, señalando un escritorio antiguo en una habitación o el hecho de que las persianas de las ventanas se mantienen abiertas con grandes rocas redondas.
Cuando llegamos al patio, busque en mi mochila por mi cámara, ansioso por echar un vistazo al Árbol de los Lamentos. Pero cuando levanté la mirada, al mismo tiempo que Michael Bill, rápidamente nos dimos cuenta de algo: No parecía no haber un solo árbol que se destacara entre el resto.
Más importante aún, ninguno de los árboles parecía tener más de un siglo, e incluso creo que exagero un poco.
Nos arrastramos de un lado al otro del patio, pasando el pozo embrujado en el proceso, hasta llegar a un bancos de madera que nos rogaban que descansemos nuestros agotados pies. Cubrimos cada centímetro del patio exterior y llegamos a la conclusión de que no había ningún árbol que pudiera ser etiquetado como "El Árbol de los Ahorcados".
Si bien podría haber atribuido los hechos a la posibilidad de que el árbol haya sido cortado a lo largo de los años, simplemente no pude ignorar el hecho de que es pura leyenda. Ningún historiador había hecho referencia al árbol en el Palacio del Gobernador Español; únicamente compañías de turismo. Compañías de tours de fantasmas, incluida la que Michael Bill y yo tomamos mientras estábamos en la ciudad porque soy incapaz de no hacer tours de fantasmas en cada nueva ciudad que visito.
A pesar de que trabajo para una compañía de tours de fantasmas.
Al entrar al presidio, me detuve en la recepción cuando iba de salida. "Disculpe, señorita", me aventuré. "¿Has oído hablar de la historia de “El Àrbol de los Ahorcado?"
La mujer se echó a reír tan fuerte, que despeinó su rubia cabellera. "Pura leyenda, ¿fuiste a uno de esos tours de fantasmas y escuchaste esa historia?"
No dije nada, y mi silencio fue suficiente respuesta, porque el asistente continuó: "Honestamente, no puedo decirte por qué cuentan esa historia aquí. Nunca hubo un Árbol de los Ahorcados aquí, no tiene sentido que el Capitán accediera a ejecutar personas en su residencia privada, aunque sea en el patio o no ".
"¿Entonces, lo inventaron todo?" Pregunté algo incrédulo, porque honestamente, mi historiador interno estaba asqueado. Una cosa era basar los eventos pura fantasía, nada más que la leyenda transmitida de generación en generación, y otra cosa completamente distinta es hacernos creer que son hecho reales. (Digo esto, como si no conociera a innumerables guías turísticos en Nueva Orleans que hacen lo mismo, pero mi disgusto tampoco es inmune a ellos).
La rubia acomodó su pelo a un lado y murmuró. "No del todo". "Nunca sucedió algo así aquí, pero si estás interesado en saber dónde realmente colgaron a las personas, solo tienes que caminar al otro lado de ese edificio. Ese roble ya no está allí, pero hay un marcador que ubica el lugar donde una vez estuvo."
Le agradecimos por su tiempo y comenzamos la búsqueda.
La placa histórica estaba a menos de doscientos pies, justo al frente del Ayuntamiento de la ciudad del siglo XIX. Se puede leer:
"El presidio (o fuerte) de Bexar fue reubicado aquí en 1722 y durante muchos años, la plaza estuvo encerrada por sus tres lados con fortificaciones de arcilla. Durante la Rebelión mexicana de 1813, los rebeldes capturados fueron colocados en Comandancia (ahora antiguo Palacio del Gobernador) y luego ejecutados en plaza. Varios linchamientos ocurrieron aquí, en un gran roble".
Había más, pero este párrafo en particular era la clave para descubrir el misterio del apodado "Árbol de los Lamentos". Por supuesto, los criminales puede que hayan sido juzgados en la Plaza del Gobernador Español, pero no fue allí donde encontraron su inevitable muerte.
Aquellos destinados a morir fueron llevados al gran roble, ubicado en el centro de lo que se conoce como la Plaza Militar, para posteriormente ser ejecutados. Además, no está claro si estos procedimientos eran vistos públicamente; parece poco probable, ya que habían tres grandes murallas que cerraran el fuerte.
Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, la importancia militar de la Plaza Militar disminuyó, especialmente durante la Era de la República de Texas (1836-45). En ese momento, la plaza había dejado de ser un lugar de ejecuciones y en su lugar se convirtió en la zona más animada de todo San Antonio.
Hubo mercados al aire libre, con mujeres que pronto se ganaron el apodo de "Las Reinas del Chili". (Es debatible si su comida habría sido picante o no).
En el año 1850, se erigió el palacio de justicia frente al presidio resultando en que los asuntos gubernamentales fuesen trasladados allí. También se ganó el apodo de la "Cueva de los Murciélagos", debido a que muchos murciélagos se sentían como en casa dentro de sus paredes. Ejecuciones como ahorcamientos se trasladaron a las afueras de la cárcel, y la cueva de los murciélagos se mantuvo como la cárcel más "popular" de la ciudad hasta que se quedó sin espacio y se construyó otra cárcel a fines del siglo XIX.
Los ahorcamientos continuaron y continuaron hasta 1921, cuando se celebró el último ahorcamiento en Texas en la entonces nueva Cárcel del Condado de Old Bexar, a solo una cuadra del Palacio del Gobernador español en Cameron Street.
Hoy en día, el actual ayuntamiento (el cual data de alrededor del año 1890) ya no es un centro militar, pero sigue siendo el corazón de San Antonio.
¿Y que paso con el verdadero Árbol de los Lamentos? Ya no existe, fue cortado hace décadas, y en su lugar prolifera el pasto perteneciente al Ayuntamiento de San Antonio.
Lo cual me hace preguntarme: ¿Por qué crear una historia de un embrujado “Árbol de los Ahorcados” en el Palacio del Gobernador Español? ¿Por qué "treinta y cinco almas" y no "cincuenta" o "cien"? ¿Por qué hacer pasar las historias como un hecho real, cuando el verdadero “Árbol de los Ahorcados” estaba a menos de una cuadra de distancia?
Por desgracia, no tengo las respuestas, aunque desearía tenerlas.
Se dice que el Ayuntamiento aún tiene fantasmas y espíritus errantes que datan del siglo XIX, lo que lo convierte en el principal candidato para los tours de fantasmas para pasar y llenar sus turistas de historias de criminales que encontraron su prematuro final y siguen retrasando su viaje al mas alla.
Si bien no puedo explicar las decisiones de los demás, puedo dar fe de que Ghost City Tours siempre se mantendrá fiel a los hechos históricos. Después de todo, los fantasmas son solo el catalizador de la historia, y nosotros somos simplemente los narradores de sus relatos, así como el Palacio del Gobernador Español, las historias de nuestras ciudades embrujadas no desaparezcan para siempre y se conviertan en algo que nunca ocurrió.
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